A partir del viernes 1 de noviembre, los combustibles en Argentina tendrán un aumento de hasta el 4%. Este ajuste, liderado por YPF, se debe a varios factores, como la devaluación del tipo de cambio oficial, el aumento en los costos de los biocombustibles y la evolución del precio internacional del barril de crudo. Esta decisión llevará a que otras petroleras como Shell, Axion y Puma, sigan el mismo camino, impulsando un nuevo incremento en los precios de nafta y gasoil.
El presidente de YPF, Horacio Marín, ya había adelantado que los precios locales estarán directamente vinculados con las fluctuaciones del precio del crudo internacional. Este mes, el barril de Brent aumentó un 7%, pasando de USD 71 a USD 76, lo que explica en gran medida el nuevo ajuste. La petrolera estatal, que había implementado una leve baja en octubre debido a una reducción temporal en los precios del crudo, ahora vuelve a subir los valores en línea con la tendencia global.
En declaraciones recientes, Marín subrayó la importancia de un “pacto con los consumidores” para que los precios de los combustibles reflejen con precisión las variaciones en el mercado internacional. «Quiero realizar un acuerdo justo con los consumidores. Nadie debe subsidiar a nadie. Ni nosotros a los consumidores, ni los consumidores a nosotros», afirmó el presidente de YPF. Bajo este esquema, si los precios del crudo suben, los combustibles lo reflejarán de inmediato, y lo mismo ocurrirá en sentido contrario si el crudo baja.
Este nuevo ajuste llega en un contexto donde la inflación sigue siendo una preocupación para los argentinos. Aunque el gobierno ha buscado moderar el impacto de los precios en los surtidores, las dinámicas internacionales y el alza en los costos de producción, como los biocombustibles, hacen inevitable este aumento. De hecho, los combustibles acumulan una suba del 89,51% en lo que va del año.
En los últimos meses, el consumo de combustibles en Argentina ha caído considerablemente. Según datos recientes, en septiembre las ventas de nafta y gasoil disminuyeron un 11,77% en comparación con el mismo período del año anterior. Este fenómeno refleja la compleja situación económica del país, que afecta tanto a consumidores como a empresas.
Con este nuevo ajuste, los consumidores deberán prepararse para posibles fluctuaciones en los precios, ya que las condiciones internacionales siguen siendo inestables, especialmente con la situación geopolítica en Oriente Medio y los continuos movimientos en el valor del crudo.
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