La ministra de Seguridad criticó la falta de arrepentimiento de la ex presidenta y la relación entre la malversación de fondos y la pobreza en Argentina.
La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, no tardó en responder a las declaraciones de la ex presidenta Cristina Kirchner, quien recientemente aseguró que «no se arrepiente de nada» sobre su gestión en la obra pública. Bullrich calificó estos dichos de «lamentables» y acusó a Kirchner de haber utilizado la obra pública en su beneficio personal y de su círculo cercano, un modelo que, según la ministra, le costó al país “millones y millones de dólares”.
En una entrevista para La Nación +, Bullrich explicó que cuando se observa cómo se destinaba el dinero en la obra pública y cómo se favorecían siempre a las mismas empresas, se evidencia el daño económico que sufrió el país. «Eso le salió al país millones y millones de dólares», dijo la ministra, subrayando el impacto negativo que este modelo dejó a la economía argentina.
Además, la ministra vinculó directamente la malversación de fondos con la grave situación social que atraviesa el país. Afirmó que el uso indebido de los recursos públicos está directamente relacionado con el 49% de pobreza que sufren los argentinos. «Tenemos que empezar a entender que todo lo que falta es lo que se robaron», destacó Bullrich, haciendo un llamado a la reflexión sobre la falta de responsabilidad en el manejo de los fondos públicos.
Bullrich también hizo referencia a la reciente decisión del gobierno de Javier Milei de retirar los privilegios de jubilación a la ex vicepresidenta, que había sido beneficiada con asignaciones por su rol en la política. En este contexto, Bullrich recordó que figuras condenadas por crímenes de lesa humanidad también perdieron sus privilegios, y sostuvo que “las personas condenadas no pueden cobrar una jubilación”, haciendo referencia a los casos donde la función pública no se cumplió acorde a la retribución correspondiente.
Por otro lado, la ministra apuntó contra lo que consideró un abuso de poder por parte de Kirchner, quien vive en la Ciudad de Buenos Aires pero mantiene su domicilio en Río Gallegos para poder acceder a un adicional en su jubilación, lo que ella considera un «doble privilegio».
Finalmente, Bullrich celebró la decisión del presidente Javier Milei de eliminar bustos, cubrir murales y renombrar los edificios que llevaban el nombre de figuras kirchneristas. En su opinión, este gesto responde a un intento por evitar el «copamiento cultural» que, según ella, el kirchnerismo buscó imponer durante años. «No es el culto a las personas, son las ideas las que están sobre las personas», concluyó la ministra, afirmando que no se deben permitir símbolos partidarios en espacios institucionales.rrupción
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