En un evento inédito desde el retorno de la democracia, el presidente Javier Milei acudirá este domingo al Congreso Nacional para presentar el Presupuesto 2025, con un ambicioso objetivo: alcanzar el déficit cero. A las 21 horas, Milei expondrá en el recinto de la Cámara de Diputados, en un discurso transmitido por cadena nacional, donde delineará los principales parámetros de la ley de gastos y recursos.
El Gobierno ya adelantó que los ejes del presupuesto serán el equilibrio fiscal, la eliminación de intermediarios en la asistencia social y el fortalecimiento de las áreas de Defensa y Seguridad Interior. Sin embargo, el camino para aprobar este proyecto no será fácil. Con minoría en ambas cámaras, el oficialismo deberá enfrentar una fuerte oposición y negociar con los bloques más dialoguistas.
El presidente también llega al Congreso tras haber ratificado el veto a la ley jubilatoria y anunciar que vetará el aumento del presupuesto universitario. Entre las medidas más controvertidas del Presupuesto 2025, se incluye la eliminación de las organizaciones sociales como intermediarias en la distribución de asistencia, y la reducción del gasto público mediante la racionalización del Estado.
La oposición, encabezada por Unión por la Patria y los bloques de izquierda, ya ha manifestado su rechazo a este presupuesto, calificándolo de «ajustador y represor». Algunos sectores, como la izquierda, decidieron directamente no asistir al acto, argumentando que no quieren ser parte del «circo de Milei». Mientras tanto, la bancada oficialista de La Libertad Avanza y el PRO garantizarán una presencia masiva para respaldar al presidente.
En cuanto a los aspectos impositivos, el gobierno proyecta un aumento del 54,4% en la recaudación de impuestos nacionales, y una ligera disminución en la presión tributaria. Por otro lado, el presupuesto también prevé una modernización del Estado para favorecer la libre empresa y una mayor inversión en equipamiento militar para garantizar la soberanía territorial y la seguridad interior.
La presentación del presidente, aunque sin posibilidad de preguntas por parte de los legisladores, marcará un momento clave en el debate sobre el futuro económico del país, donde las tensiones entre oficialismo y oposición serán más evidentes que nunca.
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