El presidente de Argentina, Javier Milei, se refirió hoy de manera contundente a la ex presidenta Cristina Kirchner, afirmando que está «desesperada» debido a las políticas de su gobierno, que según él están «rompiendo el Estado». En una crítica directa, Milei respondió a los recientes ataques de la líder opositora, quien lo calificó de «idiota» y lo instó a «aprender» de Donald Trump durante una de sus visitas al conurbano bonaerense.
Rompiendo el Estado y combatiendo la casta política
Milei, quien ha sido firme en su lucha contra el exceso de gasto público, afirmó que disfruta «achicando el Estado», una de las principales promesas de su campaña. Según el presidente, los políticos están entendiendo que la mejora económica del país se logra a costa de la reducción de sus privilegios. «La pobreza, después de que la sinceramos, ya está por debajo del 50% y hemos reducido 8 puntos», destacó, refiriéndose a la reciente caída de la pobreza en Argentina, un dato positivo en medio de la crisis económica.
Avances en la inflación y críticas a la oposición
En cuanto a la inflación, Milei celebró la caída en octubre, al señalar que la cifra oficial fue de 2,7%, y detalló que «la inflación inducida quedó en 0,2%», lo que implica un descenso significativo en la inflación al consumidor. Atribuyó esta mejora al diseño de su programa económico, que incluye una tasa de devaluación controlada y la gestión de la inflación internacional.
Además, el presidente cargó contra la oposición, acusándola de «vivir de la pobreza» y de preocuparse más por «los clientes» que por las soluciones reales para la población. En su discurso, también arremetió contra el gobernador bonaerense Axel Kicillof, calificándolo de «soviético» por sus críticas a la eliminación del fondo destinado a la construcción de viviendas, un plan que el gobierno de Milei ha decidido eliminar.
Eliminación de regulaciones y «kioscos» políticos
Milei también destacó los esfuerzos de su gobierno para eliminar regulaciones que, según él, «entorpecen el progreso» y favorecen a una «casta política» que mantiene «kioscos» para su beneficio. Reiteró su compromiso de seguir adelante con la desregulación hasta el último día de su mandato. «Todos los días encontramos y eliminamos alguna regulación soviética diseñada para entorpecer el progreso», sostuvo.
El presidente cerró su intervención reafirmando su visión de que «para cada necesidad habrá un mercado», en contraposición a las políticas de «justicia social» promovidas por los sectores de izquierda. En su opinión, este modelo económico es la clave para combatir la pobreza y mejorar la calidad de vida en el país.
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