Javier Milei volvió a cargar públicamente contra su vicepresidenta, Victoria Villarruel, esta vez por su rol en la sesión del Senado en la que la oposición aprobó un aumento para los jubilados, junto con otros proyectos que, según el Presidente, “atentan contra el equilibrio fiscal”. La tensión entre ambos, que viene en ascenso desde hace meses, quedó nuevamente al desnudo.

En un acto realizado en la Bolsa de Comercio de Buenos Aires, Milei aprovechó el repaso de sus 18 meses de gestión para reivindicar su modelo económico, atacar a la clase política tradicional y, sin nombrarla directamente, tildar de “traidora” a Villarruel por no haber impedido el avance legislativo.

“Hicimos 25 veces más reformas estructurales que cualquier otro gobierno. Esto lo hicimos con el 15% de la Cámara de Diputados, siete senadores, una traidora, pero con el mejor jefe de Gabinete de la historia, que es Guillermo Francos”, lanzó el mandatario, dejando en claro su molestia.

La bronca de Milei responde a que la vicepresidenta, en su rol de presidenta del Senado, no bloqueó la sesión del jueves en la que la oposición logró imponer una nueva fórmula jubilatoria y avanzar con otros proyectos contrarios a la línea económica oficialista.

A pesar de la tensión política, Milei utilizó el acto para exhibir lo que considera sus principales logros. Reivindicó el ajuste fiscal, aseguró que se logró “estabilizar la economía más rápido que nunca” y sostuvo que la Argentina “ya está creciendo por encima del 6% anual”.

“No solo logramos estabilizar exitosamente, sino que tuvimos la recuperación más rápida. Lo hicimos con un ajuste histórico y sin emisión monetaria. Este es el mejor gobierno de la historia”, afirmó sin rodeos.

Las diferencias entre Milei y Villarruel se hicieron visibles desde el arranque del mandato, pero la crisis interna se agudizó en los últimos meses, con cruces indirectos, distanciamiento institucional y decisiones clave tomadas sin coordinación entre ambos.

Mientras Milei refuerza su alianza con Guillermo Francos y concentra el poder en su núcleo más cercano, Villarruel quedó relegada y expuesta a las críticas. La escena de este jueves confirmó que la ruptura dentro de la fórmula presidencial ya no es solo un rumor: es parte del escenario político.