El dengue vuelve a ser una preocupación en varias regiones de Argentina, y en respuesta a esta amenaza, se está llevando a cabo un innovador ensayo en Guaymallén, Mendoza. En este proyecto, se liberaron mosquitos genéticamente modificados de color rojo, con el objetivo de combatir la proliferación del Aedes aegypti, el mosquito responsable de transmitir el dengue.
Estos «mosquitos rojos» no son una especie natural, sino el resultado de una avanzada técnica de biotecnología que busca interrumpir el ciclo reproductivo de los mosquitos transmisores. Al aparearse con hembras silvestres, los descendientes de estos mosquitos modificados no sobreviven, lo que reduce significativamente la población de mosquitos capaces de transmitir el virus del dengue.
El ensayo se basa en una técnica conocida como autocontrol biológico, que tiene como objetivo reducir plagas sin el uso de insecticidas dañinos para el medio ambiente. Los mosquitos liberados son todos machos, lo que significa que no pican ni transmiten enfermedades, pero juegan un rol clave en frenar la propagación del dengue.
Este enfoque innovador representa una alternativa sostenible y eficaz para controlar la transmisión del dengue, que es un problema de salud pública en aumento en diversas zonas del país. A diferencia de los métodos tradicionales, este ensayo biotecnológico permite reducir la población de mosquitos sin afectar el ecosistema de manera perjudicial.
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