
A partir de este lunes, el Impuesto para una Argentina Inclusiva y Solidaria (PAIS) llega a su fin, marcando un cambio significativo en la economía nacional. Tras cinco años de vigencia, su eliminación promete reducir costos en compras al exterior y servicios digitales, pero también genera desafíos fiscales y presión sobre las industrias locales.
El final del Impuesto PAIS implica una baja significativa en las percepciones aplicadas al dólar tarjeta y al dólar ahorro, pasando del 60% al 30%. Esto abaratará las compras en el exterior y servicios digitales como Netflix y Spotify, aunque se mantendrán otros impuestos como el IVA (21%) y Ganancias (30%). Por ejemplo, el tipo de cambio para compras con tarjeta pasará de $1671,20 a $1357,85, representando un ahorro considerable.
La eliminación del gravamen también reducirá los costos de los bienes importados, que antes tenían una percepción del 7,5%. Esto podría moderar el índice de precios mayorista, aunque el traslado al consumidor final será variable. Especialistas advierten que, aunque esta medida beneficia a la competitividad en términos de precios, podría desalentar la producción local en un contexto de apreciación cambiaria y devaluaciones en países socios como Brasil.
El impuesto aportó $6.167.557 millones a la recaudación fiscal entre enero y noviembre de este año, según la ARCA. Su eliminación representa un desafío para las cuentas públicas, ya que estos ingresos financiaban programas esenciales como ANSES, PAMI, y obras de infraestructura. Nadin Argañaraz, del Instituto Argentino de Análisis Fiscal, señaló que el impuesto generó una recaudación acumulada equivalente al 3% del PBI en cinco años.
El Gobierno confía en reemplazar estos ingresos con un crecimiento de la actividad económica, pero especialistas advierten que será necesario ajustar gastos o implementar nuevas medidas impositivas.
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