Los ministros de educación de todo el país ratificaron en el Consejo Federal de Educación (CFE) que las provincias deberán garantizar al menos 190 días de clase en 2025. En caso de incumplimiento, se implementarán mecanismos específicos para recuperar las jornadas perdidas. Esta decisión apunta a reforzar el cumplimiento efectivo del calendario escolar, un desafío histórico en el sistema educativo argentino.
La Resolución 484/24 establece que un “día efectivo de clase” implica al menos 4 horas reloj de actividad pedagógica en las escuelas. Cuando este mínimo no se alcance, las provincias deberán aplicar medidas compensatorias para salvaguardar las trayectorias escolares, como ampliar el ciclo lectivo, reducir las vacaciones de invierno o intensificar las clases a través de medios tecnológicos.
Un objetivo ambicioso con antecedentes irregulares
Aunque la Ley N.º 25.864 fijó en 2003 un piso de 180 días de clase, la meta de 190 días, propuesta en 2011 por el CFE, rara vez se cumple. Según un informe del Observatorio de Argentinos por la Educación, solo 5 provincias planificaron alcanzar los 190 días en 2024, y diversos factores como paros, problemas de infraestructura y cuestiones climáticas complican el cumplimiento efectivo.
En promedio, las provincias programaron 187 días de clase en 2024, un progreso notable frente a años anteriores. Sin embargo, la efectividad de estas jornadas sigue siendo un punto crítico, ya que no existen datos oficiales sobre días realmente dictados ni sobre presentismo estudiantil y docente.
Estrategias para garantizar el derecho a la educación
El CFE busca avanzar con una **estrategia federal de seguimiento**, que incluirá una herramienta digital desarrollada por la Secretaría de Educación para registrar días de clase cumplidos e incumplidos. Este sistema, basado en el Sistema Integral de Información Digital Educativa (SiNIDE), ya abarca el 87% de la matrícula de los niveles educativos obligatorios y se actualizará mensualmente.
Además, la resolución dispone que si en 2025 los estudiantes no alcanzan 760 horas efectivas de clase, las provincias estarán obligadas a recuperar el tiempo perdido mediante medidas de compensación como clases en días extras, ampliación de horarios o incluso cambios en el calendario escolar.
El desafío de cumplir con una educación inclusiva y de calidad
Con un promedio teórico de 829 horas de clase anuales, Argentina supera el promedio de países de la OCDE (807 horas). Sin embargo, la falta de datos sobre la calidad y cantidad de horas efectivas refleja un desafío pendiente para garantizar una educación inclusiva y de calidad.
“La aprobación de esta norma por el CFE representa un avance hacia la transparencia y la garantía del derecho constitucional de niños y jóvenes a recibir educación”, afirmó Gustavo Zorzoli, miembro de la Coalición por la Educación.
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